La revolución de la energía limpia no es solo una solución tecnológica: se trata de capturar corazones y mentes.
Los incendios forestales del Verano Negro devastaron partes de la región de Eurobodalla en Nueva Gales del Sur. Luego, a principios de este año, el área fue azotada por inundaciones. Dado que el cambio climático amenaza con provocar fenómenos meteorológicos extremos más graves y frecuentes, ¿cómo podemos ayudar a preparar a esas comunidades para el futuro?
Una forma es construir sistemas de electricidad que puedan resistir los desastres naturales. Ese fue el punto de partida de un proyecto de tres años que estamos emprendiendo. El proyecto acaba de alcanzar un hito: seleccionar ocho sitios donde las microrredes (sistemas de energía pequeños y autosuficientes) podrían ayudar a aumentar la resiliencia ante desastres.
La selección inteligente de sitios para nuevas tecnologías es crucial. Con demasiada frecuencia, los proyectos se han lanzado en paracaídas a las comunidades sin suficiente consideración, lo que ha llevado a malos resultados tanto para los operadores del proyecto como para los residentes.
Las crisis climática y medioambiental exigen innovaciones en nuestras infraestructuras cotidianas. Si estos cambios van a ser aceptados y adoptados en masa, debemos encontrar el ajuste adecuado entre las comunidades y la infraestructura. Aquí, compartimos lo que hemos aprendido hasta ahora, con la esperanza de que otras comunidades regionales puedan beneficiarse.
Una comunidad modelo
Las microrredes son redes eléctricas de pequeña escala que se pueden utilizar como parte de la red eléctrica principal o separadas de ella. Por lo general, involucran una variedad de fuentes de electricidad locales y pueden suministrar energía cuando las comunidades están aisladas de la red principal, como durante una tormenta o un incendio.
Pero la forma que deberían adoptar las microrredes no está clara y es controvertida. Una microrred podría limitarse a dar servicio a un puñado de tiendas esenciales durante los desastres, o podría proporcionar energía a toda la comunidad durante todo el año, protegiéndola de la volatilidad del mercado eléctrico y de los desastres.
La Comarca de Eurobodalla es una pintoresca comarca costera con una población en crecimiento. Durante los incendios del Verano Negro, se perdieron los suministros de energía en gran parte de la región y la interrupción duró varios días.
Nuestro proyecto está trabajando con las comunidades de Eurobodalla para determinar si las microrredes son adecuadas para ellas. Nuestro objetivo es modelar el uso de microrredes junto con energía renovable, incluidas baterías solares domésticas, comerciales y comunitarias, y baterías de pequeña y mediana escala.
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Dominica Sanda/AAP
El contexto lo es todo
Bajo el gobierno federal anterior, el enfoque de Australia para la reducción de emisiones era estrecho y centrado en la tecnología.
El nuevo gobierno laborista, elegido con la promesa de la acción climática, tiene la oportunidad de pasar a un enfoque basado en la comunidad. Esto debería garantizar que cualquier infraestructura nueva se integre con la vida, los valores y las aspiraciones de las personas.
Tal enfoque requiere que los proponentes y los organismos de financiación (tanto gubernamentales como privados) escuchen genuinamente las necesidades de las comunidades, desde la etapa inicial de diseño.
Si no se tienen en cuenta las circunstancias locales, un juicio puede estar plagado de problemas. Éstos incluyen:
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Escuchando las voces locales
Entonces, ¿cómo decidimos con qué comunidades trabajar? Un principio rector fue elevar las voces locales en el proceso de toma de decisiones.
Para la selección de los sitios, mantuvimos conversaciones con organizaciones, incluida la compañía local de redes eléctricas, un destacado grupo comunitario centrado en la sostenibilidad y el Eurobodalla Shire Council.
Con base en nuestras discusiones iniciales y una revisión de la literatura, compilamos un conjunto de indicadores para ayudar a identificar qué comunidades se beneficiarían más del impulso de resiliencia que ofrecen las microrredes. Los indicadores incluyen:
- tamaño de la población, edad e ingresos
- tasas de personas con discapacidad
- diversidad cultural y étnica
- la frecuencia y la duración de los cortes de energía anteriores
- trazado de la ciudad y red eléctrica
- las visiones de una comunidad para su futuro.
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En el caso de la región de Eurobodalla, también consideramos la experiencia pasada de desastres traumáticos de las comunidades y la posterior “fatiga de consulta” tras las numerosas investigaciones sobre los incendios del Verano Negro.
Si bien nuestra evaluación fue específica del proyecto, hemos hecho que nuestro marco esté disponible gratuitamente aquí para que pueda informar futuras pruebas de tecnología.
A partir de estos indicadores, seleccionamos ocho comunidades que van desde pequeñas aldeas de menos de 100 habitantes hasta pueblos más grandes con más de 2000 habitantes.
Se descubrió que todos eran vulnerables a los desastres naturales; por ejemplo, es posible que hayan tenido altas tasas de ocupación residencial (a diferencia de los alquileres de vacaciones), o muchas personas mayores y personas con discapacidad. Estas comunidades también tenían altas tasas de instalación solar en la azotea.
El equipo del proyecto hablará ahora con los residentes y las empresas de cada comunidad sobre sus necesidades energéticas futuras y si las microrredes podrían desempeñar un papel. Haremos preguntas como:
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¿Qué diseños de microrredes le atraen, si los hay, desde energía de respaldo para refugios comunitarios hasta grandes sistemas que dan servicio a toda una comunidad?
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¿Qué modelos de negocios apoya, si los hay, que van desde las estructuras de mercado actuales hasta roles más activos para el consejo local o los ciudadanos?
Para el final del proyecto, esperamos haber identificado qué comunidades, si las hay, desean avanzar con las microrredes. Para aquellos que lo hagan, nuestro proyecto proporcionará la investigación social inicial y los estudios de factibilidad técnica sobre los cuales construir propuestas y potencialmente solicitar fondos federales.
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Mirando hacia un futuro de energía limpia
A medida que la emergencia climática empeora, hay demasiado en juego como para adoptar el método de implementación de tecnología «decidir, anunciar, defender». Los enfoques basados en la comunidad construirán mejor el amplio apoyo necesario para acelerar la acción climática.
Y la reciente crisis energética en la costa este mostró que los desastres naturales no son las únicas amenazas para el suministro de electricidad. A medida que el mercado eléctrico nacional se enfrenta a una tormenta perfecta de desafíos, la tecnología para ayudar a las comunidades a ser autosuficientes en energía cobra aún más sentido.
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