Columbia Británica necesita una respuesta unificada a la crisis de la biodiversidad
Desde enormes bosques de algas marinas hasta monumentales bosques primarios terrestres, la biodiversidad de Columbia Británica, que no tiene rival en Canadá, proporciona una variedad de beneficios culturales, económicos, sociales y de otro tipo. Las amplias zonas ecológicas de Columbia Británica albergan más del 70 por ciento de las especies de mamíferos, aves y plantas no vasculares de Canadá.
La provincia está aparentemente orgullosa de tener un medio ambiente saludable, con sus lemas «Esplendor sin disminución» y «Hermosa Columbia Británica» que promueven su belleza natural. Sin embargo, a pesar de esta conciencia, la provincia se ve obstaculizada por un enfoque fragmentado de la gestión de la biodiversidad.
BC posee considerables recursos de conocimiento con una gran cantidad de científicos de primer nivel en biodiversidad, industrias basadas en la biodiversidad y organizaciones conservacionistas líderes. También es el hogar de más de 200 Primeras Naciones con sistemas de conocimientos tradicionales estrechamente vinculados con la naturaleza. Sin embargo, las iniciativas de conservación actuales carecen de coordinación y no existe una organización independiente ni un órgano de gobierno provincial que supervise las numerosas acciones en marcha. Esto debe cambiar.
Enfoque descoordinado
La falta de coordinación en Columbia Británica dificulta obtener una imagen clara de la salud de los ecosistemas en toda la provincia. Este panorama turbio tiene implicaciones negativas para los esfuerzos por cuantificar, pronosticar y ajustarse a los cambios en la biodiversidad, con repercusiones adicionales para los esfuerzos por responsabilizar a las personas y organizaciones por las infracciones.
Por ejemplo, cuando una especie figura en la Ley de Especies en Riesgo de Canadá, el primer paso para que la provincia adopte medidas legislativas es mapear las ubicaciones de los hábitats que son necesarios para la recuperación de la especie. Pero, en parte debido a los deficientes inventarios de biodiversidad y la escasa participación entre los sectores, esta información se ha retrasado periódicamente, en un promedio de 9,8 años. Este es un plazo costoso para una especie en peligro de extinción.
No podemos gestionar lo que no monitoreamos y este desafío sólo empeorará a medida que el cambio climático cambie la distribución de muchas especies.
El trabajo sobre biodiversidad en Columbia Británica está siendo realizado actualmente por un grupo apasionado y comprometido de partes interesadas, incluidas organizaciones no gubernamentales, académicos, Primeras Naciones, grupos de interés locales, agentes federales y provinciales, así como consultorías privadas.
La amplitud del trabajo es enorme y, a pesar de tener tantos grupos diferentes involucrados, los objetivos suelen estar alineados. Sin embargo, a pesar de tener objetivos similares, métodos compartidos y el potencial de combinar conocimientos entre proyectos, persiste la fragmentación entre individuos y grupos.
La naturaleza fragmentada del trabajo sobre biodiversidad en Columbia Británica es una oportunidad perdida que puede generar lagunas y puntos ciegos que, en última instancia, socavan la acción. Es posible que se pasen por alto amenazas potenciales interconectadas como enfermedades, especies invasoras, impactos ecológicos de nuevos desarrollos y una variedad de otras cuestiones.
La pérdida de biodiversidad es demasiado importante para detectarla por casualidad; debe ser monitoreado de manera sistemática, abierta e inclusiva.
Nuevos datos
Las nuevas tecnologías están aumentando enormemente nuestra capacidad para monitorear la biodiversidad.
Los avances en genómica ambiental y el descubrimiento de que los organismos dejan rastros de su ADN en el medio ambiente significan que ahora la biodiversidad puede evaluarse a partir de muestras de agua, suelo e incluso el aire. Las ONG, los administradores indígenas y los grupos conservacionistas de Columbia Británica ya están utilizando ADN ambiental (fragmentos de ADN que flotan libremente en el medio ambiente) para rastrear los cambios en la biodiversidad.
Las cámaras automáticas remotas desplegadas en red pueden registrar de forma rápida y continua la distribución de determinadas especies. Es más, los datos de estas cámaras se pueden procesar rápidamente utilizando plataformas científicas comunitarias basadas en la web utilizando conocimiento de fuentes múltiples e inteligencia artificial. Los datos satelitales pueden revelar el estado de los bosques en toda la provincia.
Estamos al borde de una avalancha de datos sobre biodiversidad, pero los datos por sí solos no constituyen conocimiento.
Para traducir estos datos en conocimientos prácticos, la colaboración y la coordinación son clave. Necesitamos trabajar juntos para compartir conocimientos y capacidades para comprender el cambio. Se necesitan plataformas fáciles de usar para que los datos sean accesibles, pero es igualmente importante integrarlos con el conocimiento existente en manos de las comunidades locales y los grupos indígenas.
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Establecer un sistema de cuentas de capital natural proporcionaría una imagen clara del valor que brindan nuestros ecosistemas y permitiría a los tomadores de decisiones comprender las consecuencias económicas y sociales de sus decisiones.
Cumpliendo nuestros compromisos
En diciembre de 2022, Canadá fue sede de la 15.ª Conferencia de las Partes del Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica en Montreal. En respuesta al Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montréal, Canadá se comprometió a proteger el 30 por ciento de la biodiversidad para 2030. Canadá también se comprometió a desarrollar un plan en respuesta a los cuatro objetivos y las 23 metas del marco. Sin embargo, para lograrlo se necesita una acción coordinada a nivel provincial.
El borrador del marco de Columbia Británica para la biodiversidad y la salud de los ecosistemas es un paso positivo con su énfasis en “conectar iniciativas”, “proporcionar datos accesibles y creíbles” y “fomentar la innovación, las habilidades y la capacitación”, pero aún se necesita mucho más trabajo.
Necesitamos un organismo que reúna expertos independientes en biodiversidad y ciencias sociales con formuladores de políticas y grupos de interés. Es importante destacar que este organismo tendría que ser transparente, realizar un seguimiento del progreso y proporcionar investigaciones e información sintetizada para respaldar decisiones informadas.
Fundamentalmente, cualquier esfuerzo para coordinar el trabajo sobre biodiversidad en Columbia Británica debe involucrarse de manera inclusiva con las numerosas iniciativas en curso en la provincia para garantizar que esté agregando valor.
Quizás no tengamos que buscar muy lejos para encontrar un modelo eficaz. Québec lanzó recientemente Biodiversité Québec, una asociación entre gobiernos, socios científicos e indígenas, para crear un sistema integrado de monitoreo de la naturaleza.
Inspirándose en este tipo de iniciativas y en su propia capacidad, BC puede estar a la altura del desafío de la pérdida de biodiversidad. Con coordinación y apoyo sostenido de la experiencia, BC puede establecer objetivos claros, aprovechar las iniciativas existentes, garantizar que los esfuerzos estén alineados y los resultados se comuniquen y, en última instancia, garantizar que el esplendor natural de BC permanezca intacto.