Si quieres que los estadounidenses presten atención al cambio climático, simplemente llámalo cambio climático.
Probablemente hayas escuchado frases como “crisis climática”, “emergencia climática” o “justicia climática” con más frecuencia últimamente, mientras la gente intenta transmitir los riesgos y consecuencias urgentes del cambio climático. El peligro es real, pero ¿es realmente persuasivo usar este lenguaje?
Resulta que los estadounidenses están más familiarizados con el cambio climático y el calentamiento global (y están más preocupados por ellos) que con la crisis climática, la emergencia climática o la justicia climática, según una encuesta reciente que realizamos con una muestra representativa a nivel nacional de 5.137 estadounidenses.
Además, no encontramos evidencia de que los términos alternativos aumentaran el sentido de urgencia de las personas, su voluntad de apoyar políticas amigables con el clima o su voluntad de actuar.
Los términos familiares –cambio climático y calentamiento global– funcionaron al menos tan bien, y a veces mejor, que crisis climática y emergencia climática a la hora de generar preocupación, percepción de urgencia y voluntad de actuar. La justicia climática tendió sistemáticamente a funcionar peor, probablemente en parte porque era el menos conocido. Las respuestas fueron similares entre republicanos, demócratas e independientes.
Simplemente manténgalo simple
En nuestro trabajo como psicólogos investigadores, hemos explorado cómo los estadounidenses responden a las formas en que se comunica el cambio climático y hemos descubierto la necesidad de utilizar un lenguaje sencillo.
Por ejemplo, las personas que entrevistamos para un estudio publicado en 2021 sentían que los expertos en clima estaban hablando de manera exagerada con términos como “adaptación”, “mitigación”, “sostenibilidad” y “eliminación de dióxido de carbono”. Querían que los expertos usaran términos más familiares.
Esto nos inspiró a escribir una guía rápida sobre la jerga climática, publicada en The Conversation. El uso de lenguaje cotidiano facilita la comprensión de la información, e incluso las personas con un nivel educativo alto tienden a preferirlo.
Sin embargo, los expertos a menudo utilizan una jerga compleja porque les resulta familiar y quizá no se den cuenta de que a los demás les resulta desconocida.
Cómo evolucionaron los términos
Se ha vuelto común hablar del cambio climático y del calentamiento global como si tuvieran el mismo significado, pero existen diferencias. El cambio climático se refiere a los cambios en el clima en general, mientras que el calentamiento global se refiere específicamente al aumento de las temperaturas.
Un análisis histórico reveló que, en el pasado, era menos probable que la gente asociara el término cambio climático con la idea de que los seres humanos están calentando activamente el planeta que con el término calentamiento global. Tal vez por eso a los demócratas les gustaba el término calentamiento global, mientras que la popularización del término cambio climático se le atribuye a Frank Luntz, asesor de la administración de George W. Bush.
Encuestas anteriores también revelaron que los demócratas solían pensar que el calentamiento global era más grave que el cambio climático, mientras que los republicanos pensaban que el cambio climático era más grave que el calentamiento global. Pero, según un estudio reciente, estas diferencias partidarias se han desvanecido y una mayoría de republicanos y demócratas tienden a expresar preocupación por ambos términos.
Se han utilizado términos alternativos como crisis climática, emergencia climática y justicia climática para enfatizar otros aspectos del cambio climático y tratar de generar preocupación. En 2019, el periódico británico The Guardian pasó a utilizar crisis climática y emergencia climática porque quería transmitir urgencia.
Los activistas utilizan el término justicia climática para llamar la atención sobre el cambio climático como un desafío a los derechos humanos: las personas de bajos ingresos en todo el mundo son las que más sufren los efectos del cambio climático, a pesar de ser las menos responsables de causarlo.
La moraleja: evitar el lenguaje acalorado
En este momento, los términos crisis climática, emergencia climática o justicia climática son menos familiares y suscitan menos preocupación que cambio climático o calentamiento global.
Incluso si estos términos se vuelven más comunes, no hay garantía de que aumenten la preocupación o inspiren la acción. De hecho, los estudios han sugerido que frases como crisis climática podrían ser contraproducentes si no resuenan entre la gente.
Nuestro consejo: no cometa el error de utilizar un lenguaje acalorado. Limítese a utilizar términos familiares que la gente entienda: utilice el término calentamiento global cuando se refiera al aumento de las temperaturas y al cambio climático para referirse a los cambios generales en el clima.