ENERGÍA RENOVABLE

Se espera que la energía solar domine la generación de electricidad en 2050, incluso sin políticas climáticas más ambiciosas

Para alcanzar el ambicioso objetivo de alcanzar emisiones netas cero, los países de todo el mundo deben ampliar el uso de fuentes de energía limpia. En el caso de la energía solar, es posible que este cambio ya esté aquí.

El coste de la electricidad procedente de plantas solares ha experimentado una notable reducción en la última década, cayendo un 89% entre 2010 y 2022. Las baterías, esenciales para equilibrar el suministro de energía solar a lo largo del día y de la noche, también han experimentado una revolución de precios similar, disminuyendo en la misma medida entre 2008 y 2022.

Estos avances plantean una pregunta importante: ¿hemos cruzado ya un punto de inflexión en el que la energía solar está llamada a convertirse en la fuente dominante de generación de electricidad? Esta es precisamente la pregunta que tratamos de abordar en nuestro reciente estudio.

Nuestros resultados, obtenidos mediante la incorporación de los datos económicos y tecnológicos más recientes de 70 regiones del mundo a un modelo macroeconómico, sugieren que la revolución solar ha llegado. La energía solar va camino de representar más de la mitad de la generación eléctrica mundial a mediados de este siglo, incluso sin políticas climáticas más ambiciosas.

Esta proyección supera con creces todas las expectativas previas. En 2022, el informe World Energy Outlook de la Agencia Internacional de Energía predijo que la energía solar representaría apenas el 25% de la producción de electricidad en 2050.

Una enorme planta de energía solar que se extiende hacia el horizonte.
Una planta de energía solar en la provincia de Qinghai, China.
lluvia ligera/Shutterstock

La energía solar y el almacenamiento serán los más baratos en 2030

Identificamos dos factores clave que impulsarán la rápida expansión de la energía solar: su asequibilidad y el rápido cronograma de construcción. La construcción de un parque solar generalmente demora solo un año, mientras que la construcción de parques eólicos marinos puede demorar hasta tres años.

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La construcción más rápida de parques solares permite a los inversores aprovechar su relación coste-eficacia antes de lo que podrían hacerlo con los parques eólicos marinos (y muchas otras infraestructuras de energía renovable).

Vemos que la interacción de estos factores forma un ciclo que se refuerza a sí mismo. A medida que los productores e instaladores adquieran más experiencia, se prevé que los precios sigan bajando, lo que hará que la energía solar sea una perspectiva aún más atractiva para los inversores.

Nuestras proyecciones sugieren que el costo promedio de generar electricidad a través de energía solar disminuirá sustancialmente, en un 60% entre 2020 y 2050, incluso teniendo en cuenta la creciente demanda de almacenamiento de energía.

Si estos pronósticos resultan ser ciertos, se espera que la energía solar combinada con almacenamiento se convierta en la opción más barata para generar electricidad en casi todas las regiones del mundo en 2030. Ese mismo año, se espera que sea un 50% más barata que construir nuevas centrales eléctricas de carbón en seis regiones principales: la UE, EE. UU., India, China, Japón y Brasil.

Los países que siguen construyendo infraestructura basada en combustibles fósiles corren el riesgo de poner a sus sectores de alto consumo de electricidad en una desventaja competitiva significativa. En consecuencia, debemos preguntarnos si es realista depender de combustibles fósiles para el sector eléctrico. El futuro parece indicar una dirección más sostenible.

La energía solar se está convirtiendo en la opción más barata para generar electricidad

Cuatro mapas que muestran cómo la energía solar se convertirá en la forma más barata de generar electricidad en 2030.
Mapas que muestran la fuente de energía con el costo promedio de electricidad más bajo (incluido el almacenamiento necesario) en las 70 regiones del mundo en 2020, 2023, 2027 y 2030.
Nijsse y otros (2023)/Nature Communications, CC BY-NC-SA

Pero aún persisten barreras

Es muy probable que la energía solar se expanda rápidamente y que esto dé lugar a una electricidad excepcionalmente asequible. Sin embargo, es necesario superar varios obstáculos para garantizar que el ascenso de la energía solar pueda mantenerse.

La energía solar es muy variable y depende de factores como la hora del día, la estación del año y las condiciones meteorológicas. Para adaptarse a esta variabilidad, las redes eléctricas deben diseñarse teniendo en cuenta la flexibilidad. Esto requerirá un amplio almacenamiento de energía, una red ampliada de cables de transmisión que conecten diferentes regiones y más inversiones en fuentes de energía renovable complementarias, como la eólica.

En un futuro en el que predomine la energía solar, también habrá una demanda sustancial de diversos metales y minerales críticos. De hecho, la Agencia Internacional de la Energía predice que, para 2040, las tecnologías renovables representarán aproximadamente el 40% de la demanda total de cobre, entre el 60% y el 70% de níquel y cobalto, y casi el 90% de litio.

Para garantizar un suministro constante de materiales esenciales en el futuro, será necesario seguir desarrollando iniciativas de reciclaje. También es necesario diversificar las actividades mineras mundiales, lo que contribuirá a distribuir los riesgos asociados a la concentración de las actividades mineras en regiones inestables.

Una vista aérea de campos de litio en un desierto.
Yacimientos de litio en el desierto de Atacama, Chile.
Se busca libertad/Shutterstock

El acceso a los recursos financieros es un factor decisivo para sostener el crecimiento de la energía solar, pero, en la actualidad, la mayor parte de la financiación relacionada con el clima se concentra en las economías desarrolladas o emergentes.

Entre 2011 y 2020, el 75% de toda la financiación climática se canalizó hacia América del Norte, Europa occidental y Asia oriental (principalmente liderada por China). África, por otro lado, recibió solo el 5% de la financiación climática mundial total durante el mismo período.

Una posible vía para superar esta brecha de financiación es la implementación de mecanismos que absorban los riesgos cambiarios y de inversión en los países en desarrollo, desbloqueando así los flujos internacionales de capital.

La revolución solar ha llegado. Los países y regiones que no incorporen energías renovables a su oferta energética corren el riesgo de perder competitividad, en particular en sus sectores industriales. Para seguir a la vanguardia, los países no sólo deben mantener el progreso actual, sino acelerar sus esfuerzos para integrar la energía solar en sus redes, con el apoyo de inversiones en tecnologías complementarias.

De ese modo, pueden evitar el riesgo inminente de que las nuevas plantas de carbón y gas se vuelvan obsoletas y se conviertan en activos varados que suponen una carga financiera. El sol está saliendo y comienza una nueva era de la energía: el momento de adoptarla es ahora.


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