El cambio climático está ayudando al virus de la gripe aviar H5N1 a propagarse y evolucionar
La propagación del virus de la gripe aviar altamente patógena H5N1 entre los animales no tiene precedentes, habiéndose detectado en todos los continentes (excepto Oceanía) y las Naciones Unidas lo han calificado de “pandemia zoonótica animal mundial”.
Se sabe que el virus H5N1 puede infectar a más de 350 especies de aves y cerca de 60 especies de mamíferos, siendo las aves acuáticas migratorias (incluidos patos, cisnes, gansos y gaviotas) especialmente susceptibles a varios virus de influenza transmitidos por aves. Las aves acuáticas infectadas con el virus H5N1 normalmente son portadoras asintomáticas, sin embargo, estas aves pueden infectar a otras especies (incluidos mamíferos) a lo largo de sus rutas migratorias. Esta transferencia global permite que la enfermedad se propague y que la genética y la virulencia del virus se adapten continuamente.
Resulta alarmante que la evidencia indique que el cambio climático parece estar afectando la aparición de virus zoonóticos como el H5N1. A medida que cambian las condiciones climáticas globales, también lo hacen los patrones y rutas migratorias de las aves. Las temperaturas más altas y el clima extremo han provocado cambios poblacionales a gran escala en una variedad de especies de clima templado. Estos cambios han llevado a la aparición de enfermedades en áreas y configuraciones genéticas completamente únicas y sin precedentes.
El H5N1 es una clara indicación de que los esfuerzos de vigilancia y respuesta a la enfermedad son una parte esencial de cualquier estrategia de adaptación y mitigación del cambio climático.
H5N1
La ecología y la genética de los virus H5N1 han evolucionado significativamente desde que se detectaron por primera vez en China en 1997.
El virus H5N1 se ha detectado en las regiones polares y el primer caso confirmado de un oso polar que murió a causa del H5N1 se registró en Alaska en 2022. La Antártida ha registrado tasas significativas de mortalidad en sus poblaciones nativas de elefantes y focas peleteras como resultado de la exposición al virus.
Las aves silvestres no migratorias son muy susceptibles a las infecciones por H5N1 que transmiten sus primos más transitorios. Según el Sistema Mundial de Información sobre Sanidad Animal, se han producido aproximadamente 75.000 muertes de aves en todo el mundo. Sin embargo, los esfuerzos por estimar con precisión el número total de aves silvestres que han muerto a causa del H5N1 se ven obstaculizados por problemas de calidad y disponibilidad de los datos.
Mientras tanto, un informe de 2022 sobre el estado de las aves silvestres en Estados Unidos estimó que más de tres mil millones de aves se han perdido en parte debido a factores relacionados con el clima.
En tierra, el virus H5N1 se ha detectado en ganado lechero y, en 2024, un trabajador agrícola de Texas se infectó con H5N1. Estos casos sugieren que el H5N1 se está adaptando para infectar a huéspedes mamíferos.
En marzo de este año, comenzaron a aparecer informes sobre muertes inusuales de cabras jóvenes en una granja de Minnesota. En esa misma granja, algunos individuos de su rebaño de aves de corral dieron positivo en la prueba del virus H5N1 y las cabras y las aves de corral compartían espacios y fuentes de agua similares. Más tarde se determinó que las cepas del virus H5N1 tanto en las aves de corral como en las cabras estaban estrechamente relacionadas.
En mayo de 2024, el Departamento de Agricultura de los EE. UU. confirmó la detección de H5N1 en alpacas en una granja de Idaho. Al igual que en casos anteriores, en esta granja también había una población de aves de corral que dio positivo en la prueba de H5N1 y se detectaron cantidades inusualmente altas del virus en toda la granja. Hasta la fecha, 12 estados de los EE. UU. han informado de brotes de H5N1 con 101 rebaños lecheros afectados.
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Los descubrimientos de H5N1 en granjas, junto con análisis recientes de los patrones de dispersión viral, reiteran la importancia del cambio climático al alterar los patrones migratorios de las aves en la propagación de virus alrededor del mundo.
El cambio climático y el H5N1
Cada vez hay más pruebas de que el cambio climático está acelerando la propagación mundial y el surgimiento de nuevas variantes del H5N1, y de que una variación estacional más amplia está permitiendo el surgimiento de nuevas variantes del H5N1.
En América del Norte, los inviernos más cálidos y la llegada más temprana de la primavera que está provocando el calentamiento global podrían permitir que algunos patógenos que dependen de la humedad sobrevivan y se propaguen con mayor facilidad. Mientras tanto, las condiciones más frías y húmedas pueden mejorar la supervivencia de los virus de la gripe en los excrementos de las aves y el agua contaminada.
En pocas palabras, la propagación de los virus de la gripe en todo el mundo está determinada por su capacidad de sobrevivir el tiempo suficiente en un lugar para poder transmitirse a otro, y el cambio climático, en algunos casos, hace que esta supervivencia sea más probable.
Los casos recientes de transmisiones de aves de corral a humanos y de ganado a humanos ponen de relieve las amenazas que plantean estos virus y la importancia de comprender cómo el cambio climático está afectando su propagación.
Implicaciones y mitigación
El virus H5N1 representa una amenaza importante para la salud pública y los casos recientes en los EE. UU., sumados a las altas tasas de mortalidad por H5N1 en humanos, subrayan la necesidad de un seguimiento atento.
Lidiar con los virus siempre es un desafío, pero el cambio climático está alterando muchas ideas convencionales, ya que los cambios en los patrones de migración de las aves acuáticas y las condiciones ambientales nos obligan a cambiar las estrategias. El fortalecimiento de la infraestructura de atención de la salud y la educación de las comunidades sobre los riesgos del H5N1 son componentes esenciales de una estrategia de respuesta integral.
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Es fundamental promover prácticas agrícolas sostenibles, como mejorar la bioseguridad en las granjas avícolas y ganaderas, reducir la densidad de población de ganado y mejorar los sistemas de ventilación de los establos. La tecnología innovadora de agricultura inteligente también puede ayudar a rastrear las infecciones virales en los establos avícolas.
Las medidas de conservación son esenciales para mantener ecosistemas saludables y minimizar la propagación del virus. La restauración de los hábitats naturales puede mitigar los efectos del cambio climático en las poblaciones de aves silvestres, reduciendo así el riesgo de propagación del virus H5N1.
En el futuro, los líderes mundiales deberán estar atentos a la trayectoria del H5N1. La colaboración internacional en materia de gestión de enfermedades será crucial para implementar estrategias de adaptación climática que permitan salvaguardar la salud de nuestro planeta y de sus habitantes contra virus como el H5N1.