Plan para instalar paneles solares para 588 campos de fútbol en Chiva de Valencia genera oposición masiva
Un proyecto para construir una instalación solar gigante en la sierra de Chiva (Valencia) ha causado revuelo en la región.
Una multinacional ha comprado un terreno por valor de 12,6 millones de euros para instalar 420 hectáreas de paneles solares, el equivalente a 588 campos de fútbol.
Si bien nadie objetó la infraestructura en sí, todo el cabildo local y los vecinos del pueblo denunciaron la ubicación prevista en el corazón de la Sierra de Chiva, un lugar de gran importancia para el medio ambiente y el paisaje.
El grupo local Compromís y Más Chiva presentaron una moción parlamentaria advirtiendo que los paneles se construirán en terrenos agroforestales “con impactos sociales, económicos y ambientales irreparables a corto plazo en nuestro pueblo”.
La moción fue aprobada por unanimidad por todos los representantes del ayuntamiento, incluidos PP, PSOE, Cs y Chiva Unida, coincidiendo en que las energías renovables son fundamentales para ayudar a mitigar la alarma mundial, pero instando a la compañía a buscar «otras localizaciones» como áreas industriales en lugar de El entorno natural de la ciudad causó más daños.
El documento conjunto también apunta a la presencia de varias especies protegidas que dependen del entorno montañoso, y al hecho de que la zona ha sido muy frecuentada por residentes y turistas en los últimos años.
Mientras tanto, un grupo de 12 asociaciones locales lanzó una campaña cívica en contra del plan, distribuyendo peticiones a todas las empresas del pueblo para recolectar firmas en contra del proyecto.
Los agentes inmobiliarios, que gestionan las compras de suelo en nombre de las empresas multinacionales, insisten en que las grandes parcelas se clasifican como «suelo rústico ordinario» y por tanto suficientes para instalar este tipo de suelo.
Más de 100 terratenientes en el área han vendido voluntariamente sus tierras a través de agencias locales, dijo el vocero, y agregó que la empresa multinacional no tiene derecho a tomar por la fuerza la propiedad de nadie.
El grupo reveló que se vendieron 4,2 millones de metros cuadrados de terreno a 30.000 euros el metro cuadrado, y que las obras comenzarían de inmediato si el Ministerio de Transición Ecológica de la Nación aprueba el plan.
Los vecinos insisten en que un proyecto de esta envergadura debe ser aprobado por todo el pueblo, «no sólo por unos cuantos propietarios».