Las ciudades africanas pueden hacer más para proteger a los niños del cambio climático
Para 2030, seis de cada diez personas vivirán en ciudades. Esto es preocupante. Las ciudades representan más del 70% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Sin embargo, las ciudades también pueden hacer mucho para mitigar el cambio climático y ayudar a las personas a adaptarse a sus impactos. Las ciudades pueden usar energía renovable, promover el transporte ecológico, permitir que la industria reduzca la contaminación y adoptar técnicas de producción más limpias. Además, pueden formar o aprovechar las redes y asociaciones existentes para mejorar estos esfuerzos.
Casi mil millones de niños, casi la mitad de los niños del mundo, viven en países con alto riesgo de impactos del cambio climático. El cambio climático tiene impactos directos e indirectos sobre los derechos de los niños a la salud, la vida, la dignidad y la educación. Además, el cambio climático aumenta el riesgo de violencia contra los niños. Los desastres inducidos por el clima han desplazado a personas y limitado el acceso a escuelas, agua adecuada y nutrición. UNICEF ha llamado la atención sobre el hecho de que «la crisis climática es una crisis de los derechos del niño».
Más recientemente, los niños han encabezado movimientos globales en más de 7500 ciudades, como School Strike for Climate y Fridays for the Future. Los niños hicieron un llamado a los líderes políticos para que vean la crisis desde su perspectiva y actúen.
El gobierno central es a menudo criticado por ser demasiado distante y desconectado de la realidad cotidiana. Dado que los gobiernos de las ciudades están más cerca y en mejores condiciones para abordar los desafíos, necesidades y prioridades locales. Las leyes nacionales y locales facultan a las ciudades para gestionar los problemas relacionados con los niños y las áreas relacionadas con el clima. Como resultado, pueden planificar y entregar lo que necesitan para abordar los desafíos climáticos locales.
En un estudio reciente, exploré cómo las leyes y políticas climáticas a nivel de ciudad pueden proteger a los niños en el contexto del cambio climático. El estudio utiliza Kenia y Sudáfrica como ejemplos clave. En muchos países, especialmente en estos dos países, he observado que los gobiernos de las ciudades tienen autonomía y obligaciones constitucionales y legislativas en las áreas de funciones relacionadas con el clima, como el agua y el saneamiento. Estas leyes y políticas no siempre se refieren específicamente a los niños, lo que significa que las preocupaciones de los niños pueden pasar a primer plano. Creo que las ciudades pueden hacer más para proteger a los niños del cambio climático.
¿Están los niños en el centro de la acción climática?
La Ley de Cambio Climático de Kenia (2016) es muy clara sobre las obligaciones de las instituciones a nivel de ciudad con respecto a la gobernanza climática. Faculta a los gobiernos de los condados a desarrollar leyes y políticas que promuevan la gobernanza climática urbana y tomen medidas climáticas enérgicas. Además, requiere que las ciudades hagan de la lucha contra el cambio climático una parte importante de sus planes.
La Ley de Cambio Climático de Sudáfrica faculta a los municipios para adoptar planes de respuesta al cambio climático a nivel local. En particular, los municipios deben coordinar la acción climática dentro de su jurisdicción, incluida la incorporación de las respuestas al cambio climático en sus planes de desarrollo.
Las constituciones de Kenia y Sudáfrica tienen disposiciones claras sobre los derechos de los niños. Aunque estos derechos constitucionales del niño no abordan directamente el cambio climático, el alcance de los derechos garantiza que los niños estén protegidos de los efectos de la crisis climática.
A pesar de estas obligaciones de las autoridades de la ciudad con la acción climática por un lado y los niños por el otro, en la práctica los desafíos que enfrentan los niños no siempre reciben atención en los planes, presupuestos e intervenciones a nivel de la ciudad. Esto es cierto en muchas otras ciudades de África, además de las de Kenia y Sudáfrica.
Resultados de la acción climática liderada por niños
En 2019, los niños presentaron su primera queja legal ante el órgano de tratados de derechos humanos de la ONU, el Comité de los Derechos del Niño, sobre la incapacidad de su gobierno para tomar medidas climáticas firmes. Los niños señalaron que viven en ciudades como Ciudad del Cabo (Sudáfrica), Lagos (Nigeria) y Tabarka (Túnez), donde el impacto del cambio climático está aumentando.
La comunicación se considera inadmisible, lo que significa que no puede ser conocida sobre el fondo. Sin embargo, es innovador dejar en claro que los niños son actores clave en la acción contra el cambio climático y deben tener un lugar en la toma de decisiones.
Los niños son aceptados como co-tomadores de decisiones clave en la gobernanza climática, como lo demuestra su participación en foros globales como la Conferencia Climática 2021 – COP26. Esto es encomiable. Pero sin una acción enérgica y la participación de los niños en la arena del gobierno local, estas promesas se convierten en ruidos vacíos.
Dadas las tendencias de urbanización, las poblaciones infantiles urbanas y la crisis climática, insto a las ciudades a:
-
Dejar claros los derechos de la niñez en la acción climática, especialmente en leyes, políticas y estrategias. Esta es una poderosa herramienta legal para asegurar la protección y participación de los niños urbanos.
-
Abrir o ampliar los espacios institucionales para que los niños participen y contribuyan a la acción climática a nivel de la ciudad. Esto puede incluir deportes y actividades recreativas, foros y otras oportunidades para involucrar a los niños en debates sobre el clima a nivel comunitario.
-
Invertir recursos técnicos y financieros para garantizar que los niños tengan acceso a materiales educativos actualizados sobre el cambio climático en versiones adaptadas a los niños y en idiomas que entiendan.
-
Apoyar iniciativas y campañas dirigidas por niños. Esto puede incluir el desarrollo de capacidades, la movilización de recursos y la tutoría de niños para contribuir a la acción climática.
-
Liderazgo superior y coordinación de la acción y la respuesta en un enfoque sensible a los niños y los niños, incluso en los desastres inducidos por el clima. El interés superior del niño debe ser el principio rector.