La mayoría de los datos viven en la nube. ¿Y si viviera bajo el mar?
¿Dónde está el texto que estás leyendo ahora mismo? En cierto sentido, vive “en Internet” o “en la nube”, al igual que tu plataforma de redes sociales favorita o el programa de televisión que podrías transmitir esta noche.
Pero en un sentido físico, se almacena y transmite en algún lugar de una red de miles de centros de datos en todo el mundo. Cada uno de estos centros está funcionando las 24 horas del día para almacenar, procesar y comunicar grandes cantidades de datos y brindar servicios a consumidores hambrientos.
Toda esta infraestructura es costosa de construir y operar y tiene un impacto ambiental considerable. En busca de ahorros de costos, mayor sostenibilidad y mejor servicio, los proveedores de centros de datos buscan ponerse manos a la obra.
El gigante tecnológico Microsoft y otras empresas quieren reubicar centros de datos en los océanos del mundo, sumergiendo computadoras y equipos de redes para aprovechar bienes raíces baratos y aguas frías. ¿Es esto algo bueno? ¿Qué pasa con el impacto ambiental? ¿Estamos simplemente reemplazando una práctica dañina por otra?
¿Qué empresas están haciendo esto?
El Proyecto Natick de Microsoft ha estado persiguiendo la idea de centros de datos bajo las olas desde 2014. La premisa inicial era que, dado que muchos humanos viven cerca de la costa, también deberían hacerlo los centros de datos.
En un experimento inicial realizado en 2015, se implementó un centro de datos a pequeña escala durante tres meses en el Océano Pacífico.
En 2018 comenzó un experimento de seguimiento de dos años. Un total de 864 servidores, en una estructura tubular de 12 por 3 metros, fueron hundidos a 35 metros de profundidad frente a las Islas Orcadas en Escocia.
Microsoft no es la única empresa que experimenta con el movimiento de datos bajo el agua. Subsea Cloud es otra empresa estadounidense que lo hace. Shenzhen HiCloud Data Center Technology Co Ltd de China ha desplegado centros en aguas tropicales frente a la costa de la isla de Hainan.
¿Por qué trasladar los centros de datos bajo las olas?
Los centros de datos submarinos prometen varias ventajas sobre sus primos sin salida al mar.
1) Eficiencia energética
El principal beneficio es un recorte significativo en el consumo de electricidad. Según la Agencia Internacional de Energía, los centros de datos consumen entre el 1% y el 1,5% del uso mundial de electricidad, del cual alrededor del 40% se utiliza para refrigeración.
Los centros de datos en el océano pueden disipar el calor del agua circundante. El centro de Microsoft utiliza una pequeña cantidad de electricidad para enfriar, mientras que el diseño de Subsea Cloud tiene un sistema de enfriamiento completamente pasivo.
2) Fiabilidad
El experimento de Microsoft también encontró que el centro submarino tenía una mayor confiabilidad. Cuando regresó a la costa en 2020, la tasa de fallas de los servidores era menos del 20% de la de los centros de datos terrestres.
Esto se atribuyó a la temperatura estable en el fondo del mar y al hecho de que se había eliminado el oxígeno y la humedad del tubo, lo que probablemente disminuyó la corrosión de los componentes. El aire dentro del tubo también había sido reemplazado por nitrógeno, lo que imposibilitaba los incendios.
Otra razón para la mayor confiabilidad puede haber sido la ausencia total de humanos, lo que evita la posibilidad de que un error humano afecte al equipo.
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3) Latencia
Más de un tercio de la población mundial vive a menos de 100 kilómetros de una costa. Ubicar los centros de datos cerca de donde vive la gente reduce el tiempo que tardan los datos en llegar a ellos, lo que se conoce como «latencia».
Los centros de datos costa afuera pueden estar cerca de los consumidores costeros, lo que reduce la latencia, sin tener que pagar los altos precios inmobiliarios que a menudo se encuentran en áreas densamente pobladas.
4) Mayor seguridad y soberanía de los datos.
Trasladar los centros de datos al océano hace que sea físicamente más difícil para los piratas informáticos o saboteadores acceder a ellos. También puede facilitar que las empresas aborden las preocupaciones sobre la “soberanía de los datos”, en las que ciertos países exigen que ciertos datos se almacenen dentro de sus fronteras en lugar de transmitirse al extranjero.
5) Costo
Además de los ahorros debidos a la reducción de las facturas de energía, menos fallas de hardware y el bajo precio de los bienes inmuebles en alta mar, la forma en que se construyen los centros de datos submarinos también puede reducir los costos.
Los centros pueden fabricarse de forma modular y producirse en masa utilizando componentes estandarizados y enviarse listos para su implementación. Tampoco es necesario considerar la comodidad o practicidad para que los operadores humanos interactúen con el equipo.
¿Qué pasa con el impacto ambiental?
En la actualidad no hay evidencia de que la colocación de centros de datos en los océanos del mundo tenga un impacto negativo significativo. Los experimentos de Microsoft mostraron cierto calentamiento localizado, pero “el agua a pocos metros de un barco Natick se calentaría como máximo unas milésimas de grado”.
Los hallazgos de Microsoft también mostraron que el centro de datos sumergido proporcionó un hábitat para la vida marina, muy parecido a un naufragio:
[…] cangrejos y peces comenzaron a reunirse alrededor del barco en 24 horas. Estábamos encantados de haber creado un hogar para esas criaturas.
Si los centros de datos submarinos siguen adelante, se necesitará una planificación sólida para garantizar que su ubicación siga las mejores prácticas teniendo en cuenta el patrimonio cultural y los valores ambientales. También existen oportunidades para mejorar los beneficios ambientales de los centros de datos submarinos mediante la incorporación de características positivas para la naturaleza en el diseño para mejorar la biodiversidad marina alrededor de estas estructuras.
¿Que sigue?
Varias empresas están explorando activamente, o incluso construyendo, centros de datos submarinos. Si bien el usuario final promedio no tendrá un conocimiento real de dónde se almacenan sus datos, las organizaciones pronto tendrán oportunidades de seleccionar servicios y plataformas de nube submarinas locales.
Las empresas que deseen destacar sus credenciales medioambientales bien podrían buscar proveedores que ofrezcan centros de datos más ecológicos, un cambio que probablemente sólo acelere el paso al océano.
Hasta ahora, parece que este enfoque es práctico y puede ampliarse. Si a eso le sumamos los ahorros ambientales y económicos, este bien podría ser el futuro de los centros de datos para una proporción significativa del planeta.
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