Eventos deportivos, calor y los efectos del cambio climático
La cancelación del maratón de Manitoba debido al calor extremo puede proporcionar un caso de estudio para la gestión de eventos deportivos en climas extremos.
Como investigadores en kinesiología y gestión de la recreación, nos interesó cómo se manejó la interrupción no solo profesionalmente, sino también desde una perspectiva personal: una de nosotras (Shaelyn) estaba participando en la media maratón.
La carrera se canceló después de que había comenzado, con corredores que ya tenían una hora de carrera. El resultado fue ambigüedad y confusión. Los corredores se quedaron rascándose la cabeza tanto durante como después de la carrera: preguntándose qué se suponía que debían hacer durante la interrupción y reflexionando sobre cómo se manejó el cierre de la pista después del evento.
Carreras en el calor
Las carreras en carretera caliente pueden volverse más comunes. Se espera que la crisis climática aumente el clima severo, lo que puede tener consecuencias devastadoras como la pérdida de vidas, lesiones y enfermedades cuando las personas no están preparadas. Incluso cuando no se pierden vidas, la experiencia negativa de una emergencia puede tener consecuencias psicológicas.
Los corredores pueden entrenar para el calor, usar ropa adecuada e hidratarse, pero incluso estos pasos a menudo no son suficientes para superar los efectos del calor. Hacer ejercicio en condiciones de calor y humedad plantea un serio desafío para la capacidad del cuerpo para regular la temperatura corporal y correr en tales condiciones puede disminuir significativamente el rendimiento y provocar problemas de salud como agotamiento e insolación.
La gestión de los peligros que plantea un clima cambiante será necesaria para todos los organizadores de eventos comunitarios en el futuro.
La perspectiva de un corredor
El relato en primera persona de Shaelyn es útil para comprender lo que sucedió en el recorrido durante el maratón de Manitoba cancelado. Aquí está su experiencia:
Al igual que otros corredores, había entrenado en un invierno y una primavera extremadamente fríos y no estaba preparado para una carrera caliente con las altas temperaturas récord que se pronosticaron para esta carrera de finales de junio.
Los representantes del evento instaron a los corredores a mantenerse hidratados y ajustar su meta dado el calor anticipado. Estuve atento a mi correo electrónico para una hora de inicio ajustada o cancelación. Sin noticias, me dirigí a la línea de salida. Una vez que comencé, no tardé mucho en sentir el calor del día, pero los voluntarios hicieron un gran trabajo al mantenernos hidratados.
Sin embargo, no pude escapar del calor; varias millas adentro, mi frecuencia cardíaca estaba por encima del rango ideal. Cuando faltaban ocho kilómetros, un voluntario nos dijo que el recorrido estaba cerrado y que podíamos seguir corriendo si queríamos, lo que me dejó confundido. ¿Estaba realmente cerrado el curso? ¿Debo confiar en un voluntario? Si el curso estaba cerrado, ¿cuáles eran mis opciones?
El recorrido no estaba cerrado físicamente y los corredores a mi alrededor seguían corriendo. Consciente de que no había otra forma de regresar que no fuera con mis propios pies, seguí corriendo.
Esta respuesta no sorprende. Cuando se enfrentan a una crisis, el manual Comunicación de riesgos de crisis y emergencias presentado por los Centros para el Control de Enfermedades de EE. UU. presenta cuatro formas en que las personas procesan la información:
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simplificando el mensaje,
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aferrándose a las creencias actuales,
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buscando información adicional y opiniones y
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creer el primer mensaje.
Cuando crucé la línea de meta, no había indicios de que el recorrido se hubiera cerrado. No fue hasta que escuché las noticias que pude confirmar el cierre. Después de recuperarme, leí los hilos de Twitter de los participantes. Mi sensación de confusión e incertidumbre no era única. Circuló información contradictoria sobre el cierre de las estaciones de agua y el control del tráfico.
Cerrar el curso era comprensible para proteger la seguridad de los corredores. Sin embargo, los participantes pueden haber dudado en dejar de considerar que probablemente habían entrenado durante meses, y pueden haber estado usando la carrera para tratar de alcanzar una meta o calificar para otra carrera.
Lecciones para carreras futuras
La comunicación efectiva reduce las lesiones y la pérdida de vidas durante una emergencia al proporcionar al público información para tomar buenas decisiones. Una crisis puede ser el catalizador para que las organizaciones generen confianza con su comunidad o puede dañar la relación, según la estrategia utilizada.
Los organizadores de la carrera deben proporcionar a los corredores información esencial independientemente del peligro específico. Los corredores deben tener conocimiento previo de qué esperar en caso de interrupción de la carrera o cambio de ruta antes de iniciar el recorrido. De esta manera, ya sea que haya una alteración del clima, un acto de violencia u otro evento potencialmente catastrófico, los corredores estarán preparados para reaccionar.
Para complicar la situación está la estructura organizativa de muchos eventos. Los voluntarios son esenciales para llevar a cabo muchos eventos comunitarios. Si bien aportan habilidades y conocimientos, es posible que no tengan capacitación específica en gestión de emergencias ni estén lo suficientemente preparados para ayudar a los participantes del evento a superar los desafíos que se presentan durante una interrupción importante. La preparación de la organización debe incluir garantizar la disponibilidad de los voluntarios para responder durante una emergencia.
Eventos como el maratón de Manitoba brindan a los corredores la oportunidad de alcanzar una meta que tomó meses de entrenamiento. Sin embargo, este año, muchos corredores se alejaron cojeando del evento con sentimientos encontrados sobre si el evento debería haberse llevado a cabo y, de ser así, cómo debería haberse manejado la situación.
A medida que las temperaturas récord continúan en todo el mundo este verano, es necesario invertir en preparación para emergencias para garantizar que las comunidades puedan mantenerse seguras mientras comparten experiencias significativas juntas.