Los turistas regresan a Sudáfrica, pero el sector deberá volverse ecológico para enfrentar la crisis eléctrica del país
Durante los últimos 16 años, los sudafricanos han temido los cortes de energía rotativos, denominados eufemísticamente “desconexión de suministro eléctrico”. Estos cortes son causados por la deteriorada infraestructura de la entidad eléctrica estatal Eskom y su excesiva dependencia de centrales eléctricas de carbón antiguas y mal mantenidas. Los cortes de suministro eléctrico han empeorado en 2023, y algunas áreas han experimentado cortes de energía de hasta 10 horas al día.
Esta crisis afecta a todos los aspectos de la economía del país, incluido su dinámico sector turístico, que contribuye de manera vital a la economía sudafricana. En 2019, el país recibió a más de 10 millones de visitantes extranjeros. El sector aportó hasta el 6,4% del producto interno bruto y 1,5 millones de puestos de trabajo (el 9,3% del total de puestos de trabajo).
Estas cifras se han reducido significativamente debido a la pandemia de COVID-19. Los visitantes están regresando, pero la recuperación financiera y la viabilidad del sector, que se compone principalmente de pequeñas empresas, sigue viéndose obstaculizada por la crisis eléctrica.
Para que las empresas turísticas puedan seguir funcionando, tanto en sentido literal como figurado, deben hacer la transición hacia la generación de electricidad renovable. Hay tres razones para ello. En primer lugar, proporcionar electricidad de forma constante a sus huéspedes es esencial para cualquier negocio turístico. En segundo lugar, la energía renovable es menos perjudicial para el medio ambiente que la generación basada en carbón y sus emisiones de gases de efecto invernadero. Por último, los clientes son cada vez más conscientes de las preocupaciones medioambientales. Muchos exigen productos turísticos más sostenibles y adaptan sus opciones de viaje en consecuencia.
Somos un equipo de investigadores interdisciplinarios interesados en el turismo, la sostenibilidad y el medio ambiente que recientemente colaboramos en un trabajo de investigación que estudiaba el potencial de Sudáfrica para abandonar las antiguas formas de generación de energía y avanzar hacia la generación de electricidad con bajas emisiones de carbono. Ya se han dado algunos pasos positivos en esa dirección, pero queda mucho por hacer. Para ello será necesario que la industria del turismo y otros sectores económicos den un paso adelante.
Lo que ya se está haciendo
Ya se están realizando algunos trabajos para mejorar la sostenibilidad ambiental del sector turístico. El Plan de Implementación Ambiental Turística del gobierno, publicado en 2021, facilita una mayor participación de los establecimientos turísticos en la generación y el ahorro de electricidad renovable.
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Una de las iniciativas incluidas en el plan es el Programa de Incentivos para el Turismo Verde del Departamento de Turismo, que apoya a las pequeñas empresas turísticas proporcionándoles auditorías gratuitas de energía y agua, lo que puede conducir a una mayor eficiencia y a la introducción de sistemas de energía renovable subvencionados. Hasta el momento, se han financiado 111 proyectos de energía renovable. El Programa de Incentivos para el Turismo Verde paga aproximadamente dos tercios de las inversiones, mientras que las empresas individuales financian el tercio restante.
En el sector privado, el grupo hotelero City Lodge demuestra lo que se puede lograr con la instalación de sistemas de energía renovable. En 2020, los paneles solares generaron algo más del 10% de las necesidades eléctricas de los 59 hoteles del grupo.
El turismo de naturaleza es uno de los pilares de los productos turísticos sudafricanos. Parques Nacionales Sudafricanos, el organismo que los gestiona, ha instalado paneles solares fotovoltaicos en 19 de sus 21 parques. También está poniendo en marcha otras estrategias de bajo consumo de carbono, así como planes de adaptación al cambio climático.
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Poniéndolo a punto
Si bien estos ejemplos son alentadores, siguen siendo limitados en tamaño y alcance. La mayor parte de la innovación en Sudáfrica en pos de la generación de energía sostenible se ha financiado con fondos propios como estrategia de supervivencia empresarial para hacer frente a las consecuencias de los cortes de electricidad. El cambio a la electricidad renovable, junto con sus beneficios en materia de gases de efecto invernadero y contaminación del aire, es una feliz coincidencia.
Para lograr un cambio de sistema en el turismo es necesaria una transición más amplia, con la ayuda de un acceso a financiación en condiciones que faciliten su implementación. Esto puede situar al sector en una senda que lo desvincule de la electricidad basada en carbón y garantizará también que las pequeñas empresas puedan adoptar la electricidad renovable.
El cambio hacia la energía verde en el turismo ya se está produciendo en las economías desarrolladas de Europa. Turquía es otro ejemplo alentador: ha introducido un programa de turismo sostenible y los paneles solares fotovoltaicos se utilizan ampliamente tanto en empresas como en hogares.
El turismo sudafricano también puede formar parte de una transición justa si se traslada el sector turístico a las energías renovables. Esta transición debe incluir a los actores turísticos pequeños y comunitarios. Y, si bien el turismo debe cumplir su parte, otros sectores económicos también deberían hacerlo.
Las políticas sudafricanas de apoyo son indispensables para crear un entorno propicio para las transiciones hacia la sostenibilidad. El Estado y sus instituciones deben asumir una mayor responsabilidad y rendición de cuentas para promover la sostenibilidad social de las políticas energéticas. Una forma de lograrlo es hacer que el Programa de Incentivos para el Turismo Verde sea más accesible para las empresas turísticas de todo el país.
Kate Rivett-Carnac es coautora de la investigación en la que se basa este artículo.