SOSTENIBILIDAD

Los ricos del mundo deben comenzar a comer comida local para hacer frente a la crisis climática, muestra una nueva investigación

El deseo de las personas en los países más ricos por una amplia gama de productos fuera de temporada importados del extranjero está aumentando las emisiones globales de gases de efecto invernadero, según ha descubierto nuestra nueva investigación.

Revela cómo el transporte de alimentos entre países genera casi una quinta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero del sector alimentario, y los países ricos hacen una contribución desproporcionadamente grande al problema.

Aunque las emisiones de carbono asociadas con la producción de alimentos están bien documentadas, este es el estudio más detallado de este tipo. Estimamos la huella de carbono del comercio mundial de alimentos, rastreando una variedad de productos alimenticios a lo largo de millones de cadenas de suministro.

Desde 1995, el comercio mundial de alimentos y productos agrícolas se ha más que duplicado y los alimentos comercializados internacionalmente proporcionan el 19 % de las calorías consumidas a nivel mundial. Nunca ha estado más claro que comer productos locales es una forma poderosa de tomar medidas contra el cambio climático.

verduras en cubos junto a la lectura de carteles
Comer productos locales es una forma poderosa de tomar medidas contra el cambio climático.
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Una red de viajes gastronómicos

El concepto de “millas de alimentos” se utiliza para medir la distancia que recorre un alimento desde donde se produce hasta donde se consume. A partir de ahí, podemos evaluar el impacto ambiental asociado o “huella de carbono”.

A nivel mundial, los alimentos son responsables de alrededor de 16 mil millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero cada año, o alrededor del 30% de las emisiones totales de carbono producidas por el hombre. Las fuentes de emisiones de alimentos incluyen el transporte, el cambio de uso de la tierra (como la tala de árboles) y el proceso de producción.

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Nuestro estudio utilizó un marco de contabilidad que ideamos en una plataforma innovadora llamada FoodLab. Implicaba un nivel de detalle sin precedentes, que abarcaba:

  • 74 países o regiones
  • 37 sectores económicos
  • cuatro modos de transporte: agua, ferrocarril, carretera y aire
  • más de 30 millones de conexiones comerciales: viajes de un solo alimento de un lugar a otro.


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vista aérea del buque portacontenedores en el océano
Las millas de alimentos miden la distancia que recorre un alimento desde donde se produce hasta donde se consume.
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Nuestros resultados

Descubrimos que las emisiones mundiales de millas de alimentos eran de aproximadamente 3 mil millones de toneladas cada año, o el 19% de las emisiones totales de alimentos. Esto es hasta 7,5 veces mayor que las estimaciones anteriores.

Alrededor del 36% de las emisiones del transporte de alimentos fueron causadas por el transporte mundial de frutas y verduras, casi el doble de las emisiones liberadas durante su producción. Las verduras y las frutas requieren un transporte a temperatura controlada, lo que aumenta las emisiones de sus millas alimenticias.

En general, los países de altos ingresos contribuyeron de manera desproporcionada a las emisiones de millas de alimentos. Constituyen el 12,5 % de la población mundial y, sin embargo, generan el 46 % de las emisiones internacionales de millas alimentarias.

Varias economías grandes y emergentes dominan el comercio mundial de alimentos. China, Japón, Estados Unidos y Europa del Este son grandes importadores netos de millas y emisiones de alimentos, lo que demuestra que la demanda de alimentos allí es notablemente más alta que la que se produce en el país.

El mayor exportador neto de millas alimentarias fue Brasil, seguido de Australia, India y Argentina. Australia es un productor primario de una variedad de frutas y verduras que se exportan al resto del mundo.

Por el contrario, los países de bajos ingresos con aproximadamente la mitad de la población mundial generan solo el 20 % de las emisiones del transporte de alimentos.

mujer dando bolsa a cliente en puesto de comida
Los países de bajos ingresos contribuyen mucho menos al problema de las emisiones del transporte de alimentos.
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¿Hacia dónde ahora?

Hasta la fecha, la investigación sobre alimentos sostenibles se ha centrado en gran medida en las emisiones asociadas con la carne y otros alimentos de origen animal en comparación con los alimentos de origen vegetal. Pero nuestros resultados indican que comer alimentos cultivados y producidos localmente también es importante para mitigar las emisiones asociadas con el transporte de alimentos.

Por lo general, comer localmente significa comer alimentos cultivados dentro de un radio de 161 km de la casa.

Reconocemos que algunas partes del mundo no pueden ser autosuficientes en el suministro de alimentos. El comercio internacional puede desempeñar un papel importante para brindar acceso a alimentos nutritivos y mitigar la inseguridad alimentaria de las personas vulnerables en los países de bajos ingresos.



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Y las millas de alimentos no deben considerarse el único indicador de impacto ambiental. Por ejemplo, un alimento importado producido de manera sostenible puede tener un impacto ambiental menor que un alimento local intensivo en emisiones.

Pero hay mucho margen para reducir las emisiones del transporte de alimentos, especialmente en los países más ricos. Las posibles medidas incluyen:

  • fijación de precios del carbono y derechos de importación
  • invertir en vehículos menos contaminantes
  • alentar a las empresas a reducir las emisiones en sus cadenas de producción y distribución
  • leyes de planificación que permitan más proyectos de agricultura urbana.

Los consumidores también tienen el poder de reducir las emisiones del transporte de alimentos mediante la adopción de una dieta más sostenible. Por ejemplo, la próxima vez que vaya a comprar fruta fuera de temporada, que puede haber sido cultivada en el extranjero o en el otro lado del país, tal vez considere si una alternativa local podría ser suficiente.

El problema de las emisiones del transporte de alimentos solo empeorará a medida que crezca la población mundial. Los gobiernos, las corporaciones y la gente común deben trabajar juntos para garantizar que la producción y el consumo de alimentos no empeoren el cambio climático.

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