Los dueños de negocios ven la reducción de las emisiones de carbono como ‘lo correcto’, a pesar de los desafíos de hacer cambios
Un número cada vez mayor de empresas en Aotearoa Nueva Zelanda están cambiando la forma en que operan para reducir su impacto climático general. Estas medidas, que incluyen la reducción de las emisiones de carbono, son en gran medida voluntarias fuera de sectores específicos, como las industrias de combustibles, energía y residuos.
Entonces, ¿qué motiva a las empresas a tomar medidas climáticas cuando no es necesario?
Como parte de mi investigación, entrevisté a 13 empresas en Aotearoa, Nueva Zelanda, para comprender mejor sus esfuerzos y experiencias de mitigación climática.
Todas las empresas se habían comprometido voluntariamente a reducir sus emisiones. Muchas de estas empresas habían reducido su huella de carbono al cambiar la forma en que abordaban el transporte de mercancías, los viajes de negocios, el uso de energía y los desechos.
Es importante comprender los impulsores y los desafíos que enfrentan las empresas al implementar medidas amigables con el clima, ya que consideramos cómo acelerar la lucha contra el cambio climático.
Impulsado por valores
Los valores subyacentes fueron una de las razones clave para la introducción de medidas voluntarias de mitigación climática. La acción climática a menudo se enmarcaba simplemente como “lo correcto”.
Mi trabajo encontró que las consideraciones económicas más tradicionales no parecían explicar la decisión inicial de reducir la huella de carbono del negocio.
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Dicho esto, muchos entrevistados informaron que se beneficiaron financieramente gracias al ahorro de costos, por ejemplo, de una mayor eficiencia energética o menores costos relacionados con viajes de negocios y fletes. Este tipo de actividades podrían enmarcarse como situaciones de “ganar-ganar”, donde los objetivos ambientales y financieros se alinearon.
Muchos de los entrevistados también creían que la acción climática contribuía a su imagen de marca e informaron comentarios positivos de clientes o empleados.
Barreras para la acción respetuosa con el clima
Por otro lado, la mayoría de las empresas también reportaron desafíos que limitaron más esfuerzos de sostenibilidad.
Muchos de los entrevistados no creían que hubiera suficiente disposición de los clientes a pagar el sobreprecio de los productos o servicios inocuos para el clima en Nueva Zelanda.
Además, los entrevistados sintieron que las expectativas de los clientes significaban que las prácticas bajas en carbono no siempre eran posibles. La mayoría de los clientes esperaban recibir sus productos lo antes posible, por ejemplo, lo que dificultaba elegir modos de transporte más lentos que tuvieran una menor huella de carbono.
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Las empresas también identificaron problemas específicos relacionados con la infraestructura en Nueva Zelanda como una barrera para aumentar sus esfuerzos de sostenibilidad.
Estos problemas incluían la disponibilidad limitada de estaciones de carga para vehículos eléctricos y una infraestructura ferroviaria limitada. También se mencionó como una barrera la falta de tecnología baja en carbono disponible o asequible.
Además de los problemas con la infraestructura, las pequeñas y medianas empresas informaron que luchan por tener una influencia real en sus cadenas de suministro.
Finalmente, muchos de los entrevistados creían que los procesos de contratación tanto del sector público como del privado no tenían suficientemente en cuenta las prácticas respetuosas con el clima.
¿Un camino a seguir?
Además de reducir la huella de carbono de sus propias operaciones, muchas de las empresas entrevistadas intentaron influir en sus pares. Hablaron activamente sobre la importancia de la acción climática para los demás. Esto incluyó proveedores y distribuidores, otras empresas, redes industriales y comunidades locales.
Teniendo en cuenta la crisis climática que se avecina, las medidas voluntarias de sostenibilidad de estas empresas son loables. Estas empresas han demostrado liderazgo al mitigar sus propias emisiones e influir en los demás.
Pero si queremos que más empresas introduzcan y adopten medidas de sostenibilidad, debemos promover los elementos de «ganar-ganar» para hacer el cambio, como la eficiencia y el ahorro.
Las pequeñas y medianas empresas a menudo tienen recursos y conocimientos limitados sobre cómo comenzar a contabilizar y reducir sus emisiones. Los recursos de bajo costo y de fácil acceso, las calculadoras de emisiones y otro tipo de apoyo son importantes al comienzo del viaje climático.
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A nivel nacional y regional, una mayor inversión en infraestructura baja en carbono, como estaciones de carga de trenes y vehículos eléctricos, facilitaría las elecciones respetuosas con el clima.
Las grandes empresas y los gobiernos nacionales y locales deben fomentar más transformaciones bajas en carbono al solicitar y utilizar datos de emisiones en sus procesos de adquisición.
Las entrevistas proporcionaron alguna evidencia de los ecosistemas comerciales emergentes amigables con el clima, en los que las empresas prefieren comprar y trabajar con otras empresas que también están tomando medidas climáticas. El impacto de estos ecosistemas aumentará a medida que crezcan en tamaño.
Llamado a la acción
Teniendo en cuenta el impacto emergente del cambio climático, todas las empresas deben comenzar a considerar sus emisiones y encontrar formas de reducir su huella.
Los desafíos enfrentados y las soluciones ofrecidas diferirán un poco entre las industrias. Para acelerar esta transición, los clientes y empleados pueden dejar en claro sus preferencias bajas en carbono.
Es poco probable que todas las empresas estén interesadas en tomar medidas climáticas de forma voluntaria y, en la mentalidad actual de negocios habituales, se priorizan las ganancias financieras sobre las consideraciones climáticas. Por lo tanto, es probable que se requiera una mayor regulación gubernamental para que Nueva Zelanda y otros países cumplan con sus compromisos de cero emisiones de carbono.
Las políticas y acciones actuales no son compatibles con los objetivos climáticos basados en la ciencia. El informe del IPCC publicado el año pasado destacó la urgencia de una acción rápida y decisiva.
Eso significa que se necesita una transformación más radical de nuestras economías si queremos reducir las emisiones para lograr los objetivos climáticos establecidos. Es importante que las empresas involucradas en la mitigación climática sean parte activa de esa discusión y compartan sus propias prácticas y puntos de vista.