Cómo los niños están ayudando a que sus familias sean más ecológicas: nueva investigación
El panel de cambio climático de la ONU IPCC ha advertido que 2030 es nuestra fecha límite para reducir a la mitad las emisiones globales de carbono para prevenir una catástrofe climática. Una amenaza tan cruda ha visto un aumento en el activismo climático juvenil en todo el planeta. Millones de jóvenes se han puesto en acción, saliendo de la escuela y saliendo a la calle oa las redes sociales para impulsar la acción contra la injusticia climática.
Está claro que ayudar a los niños a cuidar el mundo natural desde una edad temprana es vital si queremos construir un futuro ecológico. Y una gran parte del aprendizaje ambiental de los niños, o “socialización”, ocurre a través de la observación y el modelado de roles. Aprender a emular a la familia, los maestros, los compañeros, las celebridades admiradas o las figuras públicas, y estar expuesto a la naturaleza, moldea la forma en que los niños crecen para tratar el medio ambiente.
Como expertos en marketing y consumo, hemos estado investigando cómo niños y jóvenes de hasta 19 años, de todos los géneros y geografías, desarrollan predisposiciones hacia la sostenibilidad a través de la socialización.
Principalmente, son los padres o cuidadores quienes enseñan a sus hijos a ajustarse a las normas y expectativas ambientales de la sociedad. Al transmitir sus propios valores o principios rectores, transmiten sus creencias sobre qué comportamiento es “aceptable”. De manera crucial, la forma en que los padres hablan sobre la sostenibilidad, ya sea positiva o negativa, influye en cómo los niños crecen para pensar en ella por sí mismos.
Sin embargo, no se trata solo de los padres. Si los niños ven la preocupación genuina de sus modelos a seguir o los esfuerzos para reducir el desperdicio de alimentos, reutilizar bolsas, botellas y vasos, y usar transporte eficiente desde el punto de vista energético, es probable que hagan lo mismo.
Además, introducir a los niños a los paisajes naturales como los bosques, las maravillas de la vida salvaje y marina y los peligros de la contaminación desde una edad temprana les ayuda a apreciar y cuidar el medio ambiente.
Nuestra investigación también refleja cómo los niños transmiten los valores, creencias, normas, conocimientos y habilidades adquiridos a sus familias, alterando potencialmente el comportamiento familiar, a través del proceso de «socialización inversa».
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Si un niño aprende de su maestro sobre los efectos dañinos de las emisiones de CO₂, puede pedirle a sus familias que reduzcan el uso del automóvil o que tomen vacaciones ecológicas en lugares locales en lugar de en el extranjero. Y poner contenedores de reciclaje en las escuelas puede alentar a los niños a preguntarles a los padres si pueden presentarlos en casa.
Ahora, las marcas están comenzando a notar cómo los niños alientan a sus padres a ser más ecológicos al empujarlos a reciclar, andar en bicicleta o recorrer distancias cortas y hacer compost.
Las empresas multinacionales, incluidas Procter and Gamble y H&M, ya reconocen a los niños como impulsores clave de la sostenibilidad al convertirlos en el centro de las campañas que destacan sus credenciales ambientales.
Impulsado por las cartas de sus principales clientes, los niños, The Lego Group tiene como objetivo hacer que todos los envases sean reciclables para 2025 y explorar formas de construir sus famosos ladrillos sin plástico.
Enseñanza de la sostenibilidad
Uno de los lugares más importantes donde los niños adquieren ideas sobre el medio ambiente es la escuela. El documento de política reciente del Departamento de Educación del Reino Unido, sobre hacer que la educación se centre más en la sostenibilidad, es una prueba de las crecientes preocupaciones del gobierno sobre cómo las escuelas pueden ayudar a los niños a convertirse en ciudadanos más ecológicos.
Pero estas políticas solo pueden hacer mucho. No sabemos si los maestros tendrán suficiente tiempo para participar en la enseñanza ambiental adicional, dadas las demandas del plan de estudios existente. Además, las lecciones sobre sostenibilidad no se incluyen en el plan de estudios, y los niños mayores de 14 años pueden optar por no participar en materias como geografía e historia natural.
Alternativamente, el aprendizaje climático se puede fomentar en la pantalla a través de la realidad virtual, brindando la oportunidad de experimentar cambios ambientales simulados debido al clima extremo o visualizar océanos llenos de plástico, o el uso de juegos centrados en la jardinería como Gro Garden, Gro Recycling y Eco Warriors. . Y según lo propuesto por el Departamento de Educación, un Parque Natural Educativo Nacional virtual, que permita a los niños cargar su progreso en el aprendizaje sobre la biodiversidad en mapas digitales, puede ayudar a reforzar las conexiones con la naturaleza.
Está claro que involucrar a los niños en la sustentabilidad dondequiera que vivan fomentará prácticas ambientales que retroalimentarán a sus familias, ayudando a crear tradiciones ecológicas que, con suerte, pueden durar toda la vida.